Arco transverso del pie

Arco transverso del pie

Función del arco transversal

El arco medial es más alto que el arco longitudinal lateral. Está formado por el calcáneo, el astrágalo, el navicular, los tres cuneiformes (medial, intermedio y lateral) y el primer, segundo y tercer metatarsianos[1].
Su cúspide se encuentra en la superficie articular superior del astrágalo, y sus dos extremidades o pilares, sobre los que se apoya en bipedestación, son la tuberosidad de la superficie plantar del calcáneo, en su parte posterior, y las cabezas del primer, segundo y tercer metatarsianos, en su parte anterior. La principal característica de este arco es su elasticidad, debida a su altura y al número de pequeñas articulaciones entre sus partes componentes[1].
Su parte más débil (es decir, la más propensa a ceder por sobrepresión) es la articulación entre el astrágalo y el navicular, pero esta porción está arriostrada por el ligamento calcaneonavicular plantar, también conocido como ligamento de resorte, que es elástico y, por lo tanto, es capaz de restaurar rápidamente el arco a su condición original cuando se elimina la fuerza perturbadora. El ligamento se refuerza medialmente al mezclarse con el ligamento deltoideo de la articulación del tobillo, y se apoya inferiormente en el tendón del tibial posterior, que se extiende en una inserción en forma de abanico y evita una tensión indebida del ligamento o un estiramiento tal que lo alargue permanentemente.

Soporte del arco transversal

El arco medial es más alto que el arco longitudinal lateral. Está formado por el calcáneo, el astrágalo, el navicular, los tres cuneiformes (medial, intermedio y lateral) y los metatarsianos primero, segundo y tercero[1].
Su cúspide se encuentra en la superficie articular superior del astrágalo, y sus dos extremidades o pilares, sobre los que se apoya en bipedestación, son la tuberosidad de la superficie plantar del calcáneo, en su parte posterior, y las cabezas del primer, segundo y tercer metatarsianos, en su parte anterior. La principal característica de este arco es su elasticidad, debida a su altura y al número de pequeñas articulaciones entre sus partes componentes[1].
Su parte más débil (es decir, la más propensa a ceder por sobrepresión) es la articulación entre el astrágalo y el navicular, pero esta porción está arriostrada por el ligamento calcaneonavicular plantar, también conocido como ligamento de resorte, que es elástico y, por lo tanto, es capaz de restaurar rápidamente el arco a su condición original cuando se elimina la fuerza perturbadora. El ligamento se refuerza medialmente al mezclarse con el ligamento deltoideo de la articulación del tobillo, y se apoya inferiormente en el tendón del tibial posterior, que se extiende en una inserción en forma de abanico y evita una tensión indebida del ligamento o un estiramiento tal que lo alargue permanentemente.

Arco longitudinal medial del pie

En un estudio detallado sobre la flexibilidad del arco transversal del antepié, Kudo et al. trataron de medir el porcentaje de la longitud del arco transversal en 19 hombres y 10 mujeres sin antecedentes de lesiones en las extremidades inferiores, utilizando un sistema de captura de movimiento tridimensional.
Esto se convierte en una consideración importante en el desarrollo de la intervención temprana y las estrategias preventivas para una serie de condiciones relacionadas con el antepié, como la metatarsalgia o las fracturas de estrés metatarsal que causan interrupciones en el funcionamiento del arco transversal.
El porcentaje de la longitud del arco transversal se define como “la distancia entre la primera y la quinta cabeza del metatarso dividida por la longitud del pie”; los sujetos se clasificaron como hipoflexibles, hiperflexibles y grupo de control según el porcentaje calculado.
Basándose en los resultados del estudio, los autores concluyeron que el tratamiento de los sujetos diagnosticados de pies delanteros hiperflexibles debería consistir en una terapia centrada en el aumento de la rigidez del pie mediante el entrenamiento de los músculos plantares intrínsecos y la inserción de almohadillas metatarsales.

Pilar del arco longitudinal medial

La estructura arqueada del pie está formada por el arco longitudinal medial, el arco longitudinal lateral y el arco transversal anterior; los arcos longitudinales actúan como pilares del arco transversal que atraviesa en diagonal las articulaciones tarsometatarsianas.
Entre los tres arcos del pie, el arco medial desempeña un papel importante en la absorción de los impactos al entrar en contacto con el suelo. Lo consigue transmitiendo la carga vertical del pie a través de la deflexión del arco, disminuyendo así el impacto del pie al chocar con el suelo.
Cabe mencionar que si bien el arco longitudinal medial es ajustable, no está construido para hacer contacto completo con el suelo. El ligamento calcaneonavicular plantar, o ligamento “muelle”, es el encargado de devolver el arco longitudinal medial a su posición original tras su elongación.
El arco transversal está formado en el plano coronal del pie por las bases de los metatarsos, el hueso cuboide y los tres huesos cuneiformes. Cuando está suficientemente sostenido por los ligamentos interóseos, plantares y dorsales, este arco sostiene el antepié durante las actividades de soporte de peso, haciendo que los metatarsianos se extiendan.