Dolor del higado

Dolor del higado

Síntomas de dolor de hígado graso

Sin embargo, algunas afecciones hepáticas pueden dejar daños permanentes, en cuyo caso un diagnóstico precoz y un tratamiento rápido pueden suponer la diferencia entre una enfermedad incómoda (pero tratable) y una emergencia potencialmente mortal.
Al igual que ocurre con muchas enfermedades progresivas, es posible que no note ningún signo o síntoma de enfermedad hepática en las primeras fases. Pero, a medida que la función hepática comienza a declinar, puede empezar a notar algunos cambios físicos en ciertas zonas de su cuerpo.
A medida que la función hepática disminuye y los desechos ya no pueden ser eliminados del cuerpo de manera eficiente, el pigmento biliar llamado bilirrubina puede acumularse en el torrente sanguíneo. A su vez, la piel y los ojos pueden adquirir un color amarillento, la orina parecerá más oscura y las heces más claras.
Si sospecha que hay un problema en el hígado, lleve sus preocupaciones a su médico de inmediato. Hay varias pruebas que pueden revelar de forma rápida e indolora el alcance del daño hepático y que determinarán el tratamiento adecuado.

El dolor en la zona del hígado aparece y desaparece

Schwartz JM, Carithers RL y Sirlin CB. Clinical features and diagnosis of hepatocellular carcinoma. Sitio web UpToDate. https://www.uptodate.com/contents/clinical-features-and-diagnosis-of-hepatocellular-carcinoma. Actualizado el 2 de noviembre de 2018. Consultado el 12 de marzo de 2019.
Schwartz JM, Carithers RL, y Sirlin CB. Características clínicas y diagnóstico del carcinoma hepatocelular. Sitio web de UpToDate. https://www.uptodate.com/contents/clinical-features-and-diagnosis-of-hepatocellular-carcinoma. Actualizado el 2 de noviembre de 2018. Consultado el 12 de marzo de 2019.

Síntomas de dolor de hígado

En Estados Unidos, las enfermedades hepáticas afectan a millones de personas y van en aumento. ¿Sabía que hay más de 100 tipos diferentes de enfermedades hepáticas? Vivir con una enfermedad hepática crónica a largo plazo puede dañar su hígado.
Un diagnóstico temprano puede evitar que se produzcan daños en su hígado. Su hígado es un órgano increíble. Si se le diagnostica cuando ya se ha formado tejido cicatricial, su hígado puede repararse e incluso regenerarse. Por ello, el daño de la enfermedad hepática puede revertirse a menudo con un plan de tratamiento bien gestionado.
Muchas personas con enfermedades hepáticas no parecen ni se sienten enfermas aunque el hígado esté dañado. En un momento determinado de la progresión de la enfermedad hepática, el daño puede ser irreversible y conducir a la insuficiencia hepática, al cáncer de hígado o a la muerte.
El hígado es el órgano interno más grande del cuerpo y pesa entre 1,5 y 1,5 kilos. El hígado está situado en el lado derecho de la parte superior del cuerpo, debajo de los pulmones, ocupando la mayor parte del espacio de la caja torácica. La vesícula biliar, que almacena la bilis producida en el hígado, se encuentra debajo del hígado. El hígado está formado por dos secciones separadas, o lóbulos: el lóbulo derecho, más grande, y el lóbulo izquierdo, más pequeño. Estos dos lóbulos están separados por un tejido que ancla el hígado en su sitio.

Dolor de hígado después de beber

La enfermedad hepática relacionada con el alcohol (ALD) es el resultado de beber más alcohol del que el hígado puede procesar, lo que daña el órgano. El hígado, responsable de realizar muchas funciones en el organismo, procesa lo que el cuerpo necesita, desechando lo que no necesita. Cuando el hígado descompone el alcohol, la reacción química libera una toxina que daña las células hepáticas. Si se ingiere demasiado alcohol de forma repetida a lo largo del tiempo, incluso sin emborracharse, comienza el daño hepático. Cuando se produce un daño hepático excesivo, éste repercute en todo el organismo. La ALD se puede prevenir y puede ser mortal.
Deje de beber alcohol: La abstinencia es el paso más importante que hay que dar tras un diagnóstico de ALD. Incluso una bebida es demasiado. Evitar el consumo de alcohol es la única forma de revertir los daños o evitar que la enfermedad empeore. Las personas a las que les resulte difícil dejar de consumir alcohol deben consultar las opciones de tratamiento con un médico. Conseguir ayuda mejora la abstinencia a largo plazo y porque una rápida reducción del alcohol en el organismo puede provocar peligrosos síntomas de abstinencia, como alucinaciones y convulsiones, para los que se pueden recetar medicamentos.