Insercion isquiotibiales

Insercion isquiotibiales

Suministro de nervios a los músculos isquiotibiales

En anatomía humana, un isquiotibial (/ˈhæmstrɪŋ/) es uno de los tres músculos posteriores del muslo situados entre la cadera y la rodilla (de medial a lateral: semimembranoso, semitendinoso y cabeza isquiática del aductor mayor del bíceps femoral)[3] Los isquiotibiales son susceptibles de sufrir lesiones[4].
El aductor mayor sólo llega hasta el tubérculo aductor del fémur, pero se incluye entre los isquiotibiales porque el ligamento colateral tibial de la articulación de la rodilla es morfológicamente el tendón degenerado de este músculo. El ligamento está unido al epicóndilo medial, a dos milímetros del tubérculo aductor.
Los tres músculos de la parte posterior del muslo (semitendinoso, semimembranoso, cabeza larga y corta del bíceps femoral) flexionan (doblan) la rodilla, mientras que todos menos la cabeza corta del bíceps femoral extienden (enderezan) la cadera. Los tres isquiotibiales “verdaderos” cruzan tanto la cadera como la articulación de la rodilla y, por lo tanto, participan en la flexión de la rodilla y en la extensión de la cadera. La cabeza corta del bíceps femoral sólo cruza una articulación (rodilla) y, por tanto, no interviene en la extensión de la cadera. Debido a su origen e inervación divergentes, a veces se excluye de la caracterización de los “isquiotibiales”[5].

Dolor en la inserción de los isquiotibiales

En anatomía humana, un isquiotibial (/ˈhæmstrɪŋ/) es uno de los tres músculos posteriores del muslo situados entre la cadera y la rodilla (de medial a lateral: semimembranoso, semitendinoso y cabeza isquiática del aductor mayor del bíceps femoral)[3] Los isquiotibiales son susceptibles de sufrir lesiones[4].
El aductor mayor sólo llega hasta el tubérculo aductor del fémur, pero se incluye entre los isquiotibiales porque el ligamento colateral tibial de la articulación de la rodilla es morfológicamente el tendón degenerado de este músculo. El ligamento está unido al epicóndilo medial, a dos milímetros del tubérculo aductor.
Los tres músculos de la parte posterior del muslo (semitendinoso, semimembranoso, cabeza larga y corta del bíceps femoral) flexionan (doblan) la rodilla, mientras que todos menos la cabeza corta del bíceps femoral extienden (enderezan) la cadera. Los tres isquiotibiales “verdaderos” cruzan tanto la cadera como la articulación de la rodilla y, por lo tanto, participan en la flexión de la rodilla y en la extensión de la cadera. La cabeza corta del bíceps femoral sólo cruza una articulación (rodilla) y, por tanto, no interviene en la extensión de la cadera. Debido a su origen e inervación divergentes, a veces se excluye de la caracterización de los “isquiotibiales”[5].

Retroalimentación

Los isquiotibiales son un grupo de cuatro músculos situados en la parte posterior del muslo (fémur), que son importantes para la extensión de la cadera y la flexión de la rodilla. Los cuatro músculos son el semitendinoso, el semimembranoso y la cabeza larga
y la cabeza corta del bíceps femoral. Los desgarros proximales de los isquiotibiales implican el desgarro de uno o más de los tendones de los isquiotibiales desde su unión a la tuberosidad isquiática, situada en la profundidad del pliegue glúteo. Las lesiones de los isquiotibiales
suelen ser de naturaleza aguda; son más comunes en los atletas que participan en el fútbol, el béisbol y la gimnasia. Los desgarros proximales de los isquiotibiales pueden causar un dolor persistente localizado en el pliegue glúteo o en la nalga con la sedestación prolongada. En
También pueden causar debilidad y cojera. Para las lesiones agudas y traumáticas, generalmente se recomienda la cirugía. Para las lesiones crónicas de los isquiotibiales, la fisioterapia y las inyecciones en la tuberosidad isquiática pueden proporcionar alivio.
En muchos casos, un desgarro de los isquiotibiales proximales puede repararse por vía endoscópica, cosiendo la parte desgarrada del tendón de los isquiotibiales de nuevo al hueso mediante pequeños anclajes de sutura. Este procedimiento tiene una alta tasa de éxito en el tratamiento del dolor, y

Dolor en los músculos isquiotibiales

Las lesiones de los músculos isquiotibiales, como un “tirón de isquiotibiales”, son frecuentes en los deportistas. Son especialmente comunes en los atletas que participan en deportes que requieren sprints, como el atletismo, el fútbol y el baloncesto.
Comienzan en la parte inferior de la pelvis, en un lugar llamado tuberosidad isquiática. Cruzan la articulación de la rodilla y terminan en la parte inferior de la pierna. Las fibras del músculo isquiotibial se unen con el resistente tejido conectivo de los tendones isquiotibiales cerca de los puntos en los que los tendones se unen a los huesos.
Las distensiones de los músculos isquiotibiales suelen producirse cuando el músculo se alarga al contraerse, o se acorta. Aunque suene contradictorio, esto ocurre cuando se extiende un músculo mientras está cargado. Esto se llama “contracción excéntrica”.
Durante el sprint, los músculos isquiotibiales se contraen excéntricamente cuando la pierna trasera se estira y los dedos de los pies se utilizan para empujar y avanzar. Los músculos isquiotibiales no sólo se alargan en este punto de la zancada, sino que también se cargan con el peso del cuerpo y con la fuerza necesaria para el movimiento hacia delante.